“Lulú: Una Tragedia
Monstruo" nos sumerge en un torbellino de emociones que fusiona lo
grotesco con lo sublime, lo trágico con lo cómico, en una experiencia teatral
que desafía las convenciones del género. Inspirada en la obra transgresora de
Frank Wedekind y enriquecida con elementos del circo, el cabaret y el teatro
musical, esta producción dirigida por Cintia Miraglia ofrece una visión única y
perturbadora de la figura de Lulú.
Desde el momento en que se levanta el telón, somos testigos de un espectáculo que desafía las normas del tiempo y el espacio, donde la ilusión y la realidad se entrelazan en una danza hipnótica. La presencia magnética de Iride Mockert como Lulú nos sumerge en un mundo donde la sensualidad es tanto una herramienta de poder como una maldición, donde cada gesto y cada mirada llevan consigo el peso de un destino trágico.
La dirección de Miraglia, inspirada en las formas actorales de Bob Fosse, crea una complicidad palpable con el público, llevándonos de la risa al estremecimiento en un abrir y cerrar de ojos. Los recursos mínimos se convierten en herramientas poderosas para narrar la historia, mientras que las canciones, interpretadas con maestría, añaden capas de significado a la trama.
En el corazón de la obra yace una crítica mordaz a la hipocresía de la sociedad burguesa, donde el deseo y la pasión son reprimidos en nombre de la moralidad. Lulú, con su insaciable sed de vida y su rechazo a la mediocridad, emerge como una figura trágica y monstruosa, cuya belleza es a la vez su perdición y su salvación.
El ambiente circense que envuelve la puesta en escena no solo sirve como marco estético, sino que también refleja la naturaleza ambivalente de Lulú, quien es tanto artista como espectáculo. Los personajes se convierten en operarios dentro de esta maquinaria teatral, donde la realidad se desdibuja y la representación se convierte en verdad.
En última instancia, "Lulú: Una Tragedia Monstruo" nos invita a cuestionar nuestras propias percepciones de la moralidad y la normalidad, desafiándonos a abrazar nuestra propia monstruosidad con valentía y determinación. Es un espectáculo que se queda grabado en la mente del
espectador mucho después de que se apaguen las luces del escenario, recordándonos que, en última instancia, somos todos actores en el teatro de la vida, más en estos tiempos. ¡Para ver! (Meche Martínez)
Teatro Portón de Sánchez , Sánchez de Bustamante 1034. Sábados 20 hs
Adaptación: Cintia Miraglia, Miguel Sorrentino
Actúan: Héctor Bordoni, Carlos Ledrag, Horacio Marassi, Iride Mockert, Cristian Sabaz, Miguel Sorrentino
Diseño de vestuario: Paula Molina
Diseño de escenografía: Victor Salvatore
Realización de escenografia: Victor Salvatore
Realización de vestuario: Paula Molina
Música original: Carlos Ledrag
Letras de canciones: Cintia Miraglia
Técnico De Sonido: Matías Dapena, Ezequiel Morfi, Titanio Studios
Diseño De Iluminación: Matias Noval
Comunicación: Marcos Mutuverría
Diseño gráfico: Cintia Miraglia
Asesoramiento en sonido: Matías Dapena, Ezequiel Morfi, Titanio Studios
Asistencia de dirección: Ramiro García Zacarías
Community Manager: Pablito Lancone
Producción artística: Alejandra Garcia
Producción ejecutiva: Alejandra Garcia
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