martes, 10 de junio de 2025

Maldita


El pasado domingo, el
Teatro Picadero se vistió de gala para recibir el estreno de "Maldita", una obra que, bajo la dirección magistral del Indio Romero, se alza como un faro de la belleza poética y la intensidad humana. Lejos de ser un mero espectáculo, "Maldita" es un ritual escénico que nos sumerge en los intrincados laberintos del alma, donde cada silencio y cada palabra resuenan con una verdad ineludible.

Desde el primer instante, la pieza nos envuelve en una atmósfera que oscila entre lo íntimo y lo universal, donde el subtítulo, "Hay un animal que vive en mí y cada orden lo hace más salvaje", cobra vida con una fuerza avasalladora. El texto de Sandra Frazen es un tejido de palabras que fluye como un río de conciencia, revelando las pulsiones más profundas, los deseos más acallados, las obsesiones que nos definen y los sueños que nos impulsan. Es una dramaturgia que acaricia el alma y la sacude a la vez, con una sensibilidad que pocos logran alcanzar.

Pero si el texto es el alma de "Maldita", las actuaciones son su latido vibrante. Toti Bengoechea emerge en escena con una inmensidad que la consagra como una actriz protagónica y madura. Su interpretación es un torbellino de emociones contenidas y liberadas, una danza sutil entre la fragilidad y la fortaleza, que nos hipnotiza y nos conmueve hasta lo más hondo. A su lado, Vando Villamil irrumpe con un descollo brutal de campesino, un arquetipo que trasciende la simple representación para convertirse en un eco de la tierra, de la lucha y de la dignidad. La química entre ambos es palpable, un diálogo mudo de miradas y gestos que eleva la pieza a cotas insospechadas. Y el joven Felix Santamaría completa este tríptico actoral con una promesa fulgurante, mostrando con una sutileza asombrosa los valores, los deseos, las obsesiones y los sueños que atraviesan todos los estratos sociales, revelando la universalidad de la condición humana.

La escenografía y vestuario de Marcelo Valiente, a pesar de su sencillez aparente, es una declaración de principios. Un espacio que se ilumina junto con el arte de Agnese Lozupone y donde cada elemento, cada sombra, parece cobrar vida propia, dotando a la pieza de una credibilidad absoluta. Es un lienzo en blanco que las actuaciones y el texto se encargan de pintar con colores vibrantes, creando un ambiente que es a la vez despojado y profundamente evocador. El espacio es siempre cómplice del ingenio de Valiente, no solo aclara sino que también abraza, realza y revela las capas más íntimas de la narrativa.

La dirección del Indio Romero con Sebastían Vigo como director Asociado, es, sencillamente, brillante. Con mano firme pero a la vez delicada, teje cada elemento de la obra en un tapiz coherente y emocionante. Logra que cada actor alcance su máximo potencial, que cada palabra cobre un sentido trascendente y que la obra respire con un ritmo propio, hipnótico y envolvente. Es una dirección que respeta la poesía del texto y la potencia de las actuaciones, transformando la experiencia teatral en un regalo para los sentidos y el espíritu.

"Maldita" es, en definitiva, una joya escénica que se disfruta de principio a fin. Es una obra que no solo nos cuenta una historia, sino que nos invita a sentirla, a vivirla, a reflexionar sobre la naturaleza indómita que habita en cada uno de nosotros. Una pieza teatral que, con su belleza poética y su mensaje, se erige como un testimonio vibrante de la capacidad del arte para conmover y transformar. Un domingo de teatro que se convierte en un recuerdo imborrable. (Meche Martinez)

TEATRO PICADERO, 16 hs, Domingos, Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857 CABA

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