Hay obras que se ven, se aplauden y se olvidan. Y hay otras que se sienten como un llamado interior, como un canto que nos reconoce. Vestido de Mujer no es solo un espectáculo: es un rezo colectivo, un ritual escénico donde las mujeres se visten de historia, de poesía y de fuego. Es memoria encarnada. En ese altar que es el escenario, la palabra luminosa de Francisco Pesqueira —suave, precisa, honda— atraviesa los cuerpos como un río de luz. Y Emiliano Samar, con su batuta invisible, dirige un aquelarre de voces que no interpretan: habitan.
Yamila Ulanovski
inaugura el ritual como un relámpago. Su Alfonsina Storni no es homenaje, es
presencia viva. Su decir vibra, su cuerpo late; no representa, reencarna.
Jazmín Ríos irrumpe como un cometa pop. En su Raffaella Carrá hay ironía,
ternura y una potencia que se queda flotando en el aire, como un perfume
inolvidable, es notablemente su momento.
Ana Padilla es
proa y timón. Esta vez encarna a Cris Miró desde un silencio tembloroso, como
un susurro de alas en metamorfosis. En la prosa poética de Pesqueira, Cris
resurge como mariposa de carne, deseo y ternura invicta. Ana sostiene ese vuelo
con una delicadeza feroz, sin estridencias, con la hondura justa de quien sabe
que un gesto puede encerrar un universo. No actúa: florece. Y hay algo sagrado
en esa escena, como si la Cris de todos, la Cris de nadie, volviera a mirarnos
desde el centro exacto de nuestra emoción.
Gabriela
Villalonga conmueve profundamente. Su Rosa Parks no es una postal del pasado:
es una mujer viva, cansada y digna, que sostiene con la mirada toda la fuerza
de la resistencia silenciosa. Cada gesto suyo lleva el peso de una historia que
se alza desde la calma. Y luego, en un giro de pura entrega, su Camila O’Gorman
aparece como carne abierta de memoria y pasión. No interpreta: se ofrece.
Villalonga pisa fuerte, con una presencia que irradia verdad y una sensibilidad
que estremece.
Claudia Pisanu
desgarra, emociona, desborda. Su Camille Claudel no es solo una evocación: es
una revelación poética, una presencia viva que brota del silencio y la sombra
para reclamar su lugar en la memoria. Pisanu la descoce en escena con una
entrega total: con su cuerpo, con su voz, con su mirada encendida y una
sensibilidad que eriza la piel. Pisanu brilla con una fuerza que no busca
imponerse, sino conmover desde las entrañas. Su decir es música rota y
reconstruida, cada palabra una piedra tallada con amor y furia. Su canto no
embellece: ilumina, sangra, grita desde adentro.
Paula Basalo (música
reconocida) le canta a Chavela Vargas con guitarra entre los dedos y coraje en
el pecho. Pero no solo canta: respira con ella, la honra desde un lugar donde
la voz se vuelve grieta y abrazo. Su interpretación es una mezcla precisa de
respeto y libertad, como si cada nota fuera una carta escrita al alma de
Chavela. Tiene la capacidad de decir cantando, de narrar con silencios, de
sostener el temblor de una mujer que desafió al mundo con voz ronca y corazón a
la intemperie. Paula no imita: encarna el espíritu salvaje y tierno de Chavela,
y al hacerlo, se convierte ella también en fuego que arde sin quemar.
Guadalupe
D’Aniello baila como si sus pies tuvieran alas y sus entrañas, fuego. Pero su
danza no es solo técnica: es latido, impulso, vuelo contenido que se desata.
Cada movimiento suyo es una declaración de amor al cuerpo como instrumento
poético. Hay en ella algo ancestral y, al mismo tiempo, profundamente
contemporáneo. Puede ser brisa o vendaval, tierra o relámpago. Su danza dialoga
con las palabras, las potencia, las eleva. Guadalupe no se limita a interpretar
con el cuerpo: narra con él, lo transforma en una geografía donde la emoción se
vuelve coreografía del alma.
Todo vibra,
además, con una música que abraza, que acompaña sin invadir. El piano de Martin
Tello es ritmo, emoción, suma y sostiene más que acompañar, excelente y
brillante músico que las sostiene.
Vestido de
Mujer, Premio Ace 2024
es una ceremonia. Un espejo que nos devuelve lo que somos cuando dejamos de
temer serlo. Un coro de mujeres que no pide permiso para brillar. Una
experiencia que, como los grandes amores, se vive más hondo en la segunda vez:
más cerca, más verdadera. Brillante! para que la magia se repita con este mismo elenco. Excelente! (Meche Martínez)
Actúan: Paula Basalo, Valeria Guadalupe
D´aniello, Ana Padilla, Claudia Pisanu, Jazmin Rios, Yamila Ulanovsky, Gabriela Villalonga
Diseño de vestuario: Sandra Li
Diseño de escenografía: Carlos Di Pasquo
Diseño De Iluminación: Malena Miramontes
Boim
Fotografía: Gianni Mestichelli
Asistencia técnica: Nuria Dieguez, Eunice Medina
Suarez
Asistencia de dirección: Nuria Dieguez, Eunice Medina
Suarez
Agradecimientos: Maru Andrada, Monina Bonelli, Ale Casavalle, Cholu Dimola, Mariana Fidalme, Marta Gallo, Nora Lafon, Clara Pizarro Pando, Jorge Sánchez Mon
PATIO DE ACTORES
Lerma 568
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4772-9732
Web: http://www.patiodeactores.com
Entrada: $ 15.000,00 - Domingo - 19:00 hs - Hasta el 01/06/2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario