sábado, 10 de agosto de 2019

Reconstrucción de una ausencia


La forma de salvar y de sanar es escribiendo, creo que eso hizo Gonzalo Marull para que podamos conocer esta historia tan particular, de modo que el espectador la sepa de algún modo.
Jorge Gentile captará por un rato el alma de Jorge Barón Biza, y no es una novela de apellidos bellos e ilustres ésta obra teatral, no es una adaptación de una obra literaria, no es ni siquiera un chisme que se cuenta como mito al pasar. Es la historia más verídica y dedicada que el autor se le ocurrió contar. Cualquier similitud con la realidad en este caso, es verdad, y quizá eso le suma más intensidad a la dirección de Marcelo Moncarz, que sin duda fue muy bien elegido para esta puesta en escena, porque solo él toca la sensibilidad y cuenta lo profundo de lo narrado, haciéndolo carne.
Tal vez comenzó desde la selección de aquello por contar, después, armar el equipo y paso siguiente, asegurar que nada pase desapercibido, que nada quede suspendido, que nadie se desconcentre un segundo en ese recinto llamado Teatro. 
La reconstrucción se inicia con Jorge, que arrastra como carga la historia de su padre escritor y que él será lo único que heredará, el acercamiento a las letras. Lo demás lo deja atrás, o no. No hay que spoliar como dicen ahora, pero sin dudas ese papá de izquierda, y pornógrafo, le arruinará la vida a casi toda una descendencia. Me salgo de mí por contar, pero vale la oportunidad ver la obra, allí está todo muy bien expresado y mejor explicado que en esta devolución, y por otro lado, no pueden perderse la oportunidad de vivir en carne viva, esa historia que tan hermosa y crudamente narra el actor Jorge Gentile y que tan al hueso lleva Moncarz en su decisión de creación final.
Tal vez si ese padre no se separaba de la madre de Jorge, si no decidía negarse a terminar ese matrimonio de forma tremendamente tormentosa, si hubiera firmado sin cometer semejante catástrofe con su esposa, tal vez no hubiera existido tremenda tragedia y esta obra teatral no hubiera existido.
Digamos que el arte repara un poco el desastre de los hombres, por eso Gonzalo Marull escribió tan brillantemente, Jorge Gentile  sube a escena pisando fuerte con ese hijo tan herido y Marcelo Moncarz lo hace de nuevo, de nuevo conmueve de principio a fin, porque ese es su objetivo en sus labor y pareciera ser su misión desde el arte.
Se lleva a cabo en el Patio de Actores, que es otro espacio con magia y encanto, podría decirse que una pieza teatral así, merece una sala como ésta. Excelente. Para ver más de una vez, porque suma a comprender. (Meche Martínez)

alabras del autor de "Reconstrucción de una ausencia"
"Yo era joven, para mí él era un amigo más de mi padre. No sabía dónde se habían conocido, qué hacía, dónde vivía. Si sabía que era amante del arte porque lo acercó a mi padre al teatro, espacio que le era ajeno a pesar de tener un hijo involucrado en su hacer. Eso siempre se lo agradeceré. Pasó su última Navidad en casa. Tiempo después, cuando la curiosidad llegó a mi vida y comencé a conversar amorosamente con mi padre, supe que su amigo era Jorge Barón Biza y que su historia era similar a una mochila repleta de plomo o un vaso de ácido sulfúrico. Y que mi padre lo había querido mucho. Busqué en la mesa de luz de mi padre su novela, la abrí y vi la dedicatoria: "Para Alberto Marull, amigo desde hace 40 años. Yo hice todo mal, él hizo todo bien. Por eso lo admiro". Lloré desconsoladamente, y en ese instante supe que debía escribir una obra, que debía reconstruir esa ausencia".
Gonzalo Marull.
[^]
Duración: 70 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
PATIO DE ACTORES
Lerma 568 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4772-9732
Web: http://www.patiodeactores.com
Entrada: $ 350,00 / $ 300,00 - Jueves - 20:30 hs - Hasta el 26/09/2019 




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