En el escenario del Teatro Regio, la fiesta de casamiento se abre como un ritual conocido, un eco de lo que tantas veces se repite: la música, las risas, los brindis, las danzas. Pero en medio de ese banquete compartido, hay un alma que se despliega: Miriam, la protagonista, que entre el murmullo de la celebración comienza a recorrer sus memorias. Su juventud pueblerina, la fábrica, la pobreza, la madre y la hermana, el amor y los hijos… Y también la lista invisible de todo aquello que se le escapó de las manos en el tránsito de la vida.
El
vestido, con la
palabra luminosa de María Teresa Andruetto, toma cuerpo en la escena gracias a
la sensibilidad de Ana Alvarado, quien dirige con la delicadeza de quien sabe
que el teatro es rito y revelación. Alvarado nos entrega una obra con la
estructura de lo clásico: un hilo narrativo claro, un personaje que atraviesa
sus contradicciones, y un final que, en esta ocasión, se abre en abanico hacia
tres posibles destinos. El público se vuelve entonces cómplice de esas
elecciones, porque Miriam ya no es solo ella: somos todos los que alguna vez
nos preguntamos qué hubiera pasado si…
El Grupo de
Titiriteros del Teatro San Martín, bajo la dirección general de Adelaida
Mangani, da vida a este universo con precisión coral. Victoriano Alonso,
Ariadna Bufano, Yanina Campanini, Laura Cardoso, Eleonora Dafcik, Mariano del
Pozzo, Valeria Galíndez, Bruno Gianatelli, Julia Ibarra, Román Lamas,
Estanislao Ortiz, Olavia Paz y Florencia Sva componen un elenco que respira al
unísono, donde cada gesto es parte de una maquinaria teatral tan delicada como
imprescindible. Las voces en off de Lucas Bertonasco y Federico Farano suman
capas de resonancia íntima.
El
despliegue visual y sonoro es otra fiesta: la escenografía y vestuario de
Alejandro Mateo dibujan un espacio que oscila entre la celebración y la
memoria; la iluminación de Soledad Ianni abre zonas de ensueño y de sombra; la
música original y dirección musical de Cecilia Candia son el pulso de esa vida
evocada, y el sonido de Alan Guarinacci sostiene la atmósfera con precisión.
Los títeres, diseñados y realizados por Alejandra Farley junto a Katy Raggi e
Inés Sceppa, aportan una materialidad poética que multiplica los cuerpos y las
voces. El diseño multimedia de Alejandra D’Agostino y Sebastián Pascual, junto
con la realización audiovisual del Grupo PIE, completa un dispositivo escénico
que nunca deja de sorprender por su coherencia.
El
vestido es una obra
donde el teatro respira en estado puro, con la hondura de la palabra de
Andruetto y la mirada sutil de Alvarado. Es un relato íntimo y colectivo,
clásico en su estructura y contemporáneo en su sensibilidad. Porque lo que
Miriam recupera en esa fiesta, lo recuperamos también nosotros: la certeza de
que hay memorias que, una vez abiertas, ya no se pueden callar.
Una
propuesta excelente, tan poética como teatral, que confirma la maravilla de ver
arte cuando se entrelazan palabra, gesto y memoria. Para ver! (Meche
Martinez)
“”El
vestido””, de María Teresa Andrueto, con adaptación y dirección de Ana Alvarado
para el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín (dirigido por Adelaida
Mangani).
Con Victoriano Alonso, Ariadna Bufano, Yanina Campanini, Laura Cardoso,
Eleonora Dafcik, Mariano del Pozzo, Valeria Galíndez, Bruno Gianatelli, Julia
Ibarra, Román Lamas, Estanislao Ortiz, Olavia Paz, Florencia Sva. Voces en off
Lucas Bertonasco, Federico Farano
Diseño de escenografía y vestuario Alejandro Mateo. Diseño de iluminación
Soledad Ianni. Música original y dirección musical Cecilia Candia. Puesta de
sonido Alan Guarinacci. Diseño de títeres Alejandra Farley. Realización de
títeres y mecanismos Alejandra Farley, Katy Raggi, Inés Sceppa. Diseño
multimedia Alejandra D’Agostino, Sebastián Pascual. Realización audiovisual
Grupo PIE.
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