Hubo tantas
propuestas en este invierno, que creo me quedé con tres de las mejores. Ya no
se pone en escena, obras teatrales de bajo presupuesto y poca creatividad, los
niños de ahora exigen otros incentivos y los referentes del género lo saben.
Por eso el
equipo de la compañía VALOR VEREDA, que puso en el Chacarerean teatre
“Chiribitiles”, demostró que a los más pequeños (de 0 a 6 años), se puede
ofrecer historias con música, mucho color, buena banda en vivo y cuentos que
tiene de principio a fin, una atención particular, entretienen a los niños y empatizan con los
adultos. Este grupo también ofrece libros con ilustraciones y cds. Muy buena
propuesta.
Después
hubo dos espectáculos muy bellos en el Teatro 25 de mayo de Villa Urquiza. La
verdad asistir en el barrio tiene su encanto, y más si propone clásicos
renovados, con talentos en escena maravillosos y de una calidad artística
suprema. Así fue con “Las mil y una noches” del grupo teatral “Libertablas”,
compañía independiente de mas de 40 años de trayectoria ininterrumpidas. Basada en el libro inolvidable de
Sherazade, cuenta historias para
entretener y liberarse de la muerte, enfrentando a una ley injusta. Música,
colores, cuentos, y mucho nivel artístico en escena, divierte a grandes y a
chicos. Muy buena propuesta.
Y también
en el barrio, vino María Elena (Walsh), de la mano de “Doña Disparate y
Bambuco”, con todas las canciones de la célebre compositora de niños, jóvenes y
también los adultos, que cantaban y aplaudían con el mismo entusiasmo que los
chicos. Walsh siempre es Walsh, y “Doña Disparate” parece que fue creado para
Georgina Barbarrosa, que compone ese personaje a la talla de la “doña” y con el
humor del “disparate”. Todo el grupo goza de una homogeneidad artística, bien
dirigida por la cabeza de compañía y juntos arman un equipo sólido, que
gusta y entretiene de principio a fin.
Muy buena propuesta.
Los
infantiles es un género particular, hoy es difícil entretener a los niños y es
habitual que en el desarrollo de la propuesta, se escuchen a los pequeños
hablar todo el tiempo. Pero quienes se dedican a ellos, lo saben y lo
incorporan como murmullos necesarios para encantarlos. El género vive alternando en el clásico que
atrae, con lo nuevo necesario para actualizar a una generación muy incentivada.
(Meche Martinez)
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