Hay obras que nos sacuden con la fuerza de lo que ya sabíamos pero habíamos olvidado. Otras, en cambio, nos devuelven una intuición antigua, escondida entre la memoria de los vínculos, los silencios familiares y los fantasmas que heredamos. El sueño del bosque, esa delicada y feroz criatura escénica escrita por Lourdes Invierno y Javier Rodríguez Cano, pertenece a esta segunda especie: la del teatro que se parece al susurro de un secreto, de esos que nos despiertan a medianoche.
Ángela, la
protagonista, no es princesa, ni heroína, ni mártir. Es violinista. Una mujer
atravesada por la traición y el mandato, por la herencia y la ruina, por la
muerte del padre y la herida de lo no dicho. Dueña y heredera de “El Reino”,
una fábrica de pastas en la costa atlántica, Ángela se para en el umbral entre
el pasado y el abismo, con una silla rota, su vestido de fiesta, una nube de
harina suspendida en el aire, y un violín que no deja de llorar.
Lourdes Invierno
—actriz y dramaturga— se entrega al texto como quien se ofrece al mar. Su
cuerpo contiene la tensión del linaje shakesperiano sin necesidad de
imposturas: ahí están el monólogo, la sombra, la culpa, la revelación, pero
también el pulso íntimo de lo propio, ese que nos recuerda (salvando las
distancias) a la emoción visceral de Imprenteros. Porque cuando lo
familiar se convierte en materia dramática, cuando el dolor es transmutado en
lenguaje poético, lo que aparece es la verdad más honda. Esa que, como Hamlet
decía, está ahí, a la vista.
La dirección de
Javier Rodríguez Cano sabe leer con sensibilidad ese territorio. No se impone,
acompaña. Propone una puesta sobria pero cargada de símbolos: lo que está
ausente, pesa. Lo que se nombra, sangra. Lo que se evoca, respira. Y en estos
tiempos donde los monólogos proliferan —algunos más autobiográficos, otros más
performáticos—, El sueño del bosque se inscribe con altura en una nueva
ola donde la palabra confesional se vuelve un arma y un canto.
La obra vibra con
esa poesía de lo mínimo: una mujer en escena, una historia que arde. Hay algo
profundamente amoroso en el relato, no por edulcorado, sino por valiente.
Porque hablar desde el centro de la herida requiere coraje. Porque vengar lo
que nos hicieron (o lo que nos dejaron hacer) es, muchas veces, el único modo
de seguir.
El sueño del
bosque es eso: una
plegaria, un acto de justicia poética, y una declaración de amor al teatro como
último refugio de lo real. Uno sale conmovido, agradecido. Porque alguien, al
fin, se animó a contar lo que todos callábamos. Para Ver! (Meche Martínez)
Dramaturgia: Lourdes Invierno, Javier Rodríguez Cano
Edición de sonido: Marcelo Wengrovski
Diseño De Iluminación: Laura Saban
Comunicación: Marcos Mutuverría
Asistencia técnica: Timoteo Castagna
Producción Audiovisual: Alejandro Y Julimar
Producción general: Lourdes Invierno
Puesta en escena: Javier Rodríguez Cano
Dirección: Javier Rodríguez Cano
EL CAMARÍN DE LAS MUSAS
Mario Bravo 960
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4862-0655
Web: http://www.elcamarindelasmusas.com
Entrada: $ 18.000,00 - Jueves - 20:00 hs - Del 03/07/2025 al 28/08/2025
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