En la intimidad de la pequeña sala del Teatro del Pueblo, El corazón del mundo de Santiago Loza se despliega como una experiencia sensorial y poética que va más allá del texto. Bajo la dirección de Lautaro Delgado Tymruk y Sofía Brito, la puesta en escena se convierte en una exploración emocional, donde lo político y lo íntimo se entrelazan con delicadeza e intensidad.
La obra parte de
una imagen tan brutal como enigmática: un hombre camina solo por la calle y es
golpeado sorpresivamente por un vagabundo en la noche. Cae, y antes de tocar el
suelo, su cuerpo estalla y, en un instante, vive tres vidas distintas. O quizás
más. Nace y muere y vuelve a nacer en otros cuerpos. A veces es uno, y a veces
es toda la humanidad. Esta premisa fantástica y filosófica da lugar a una
dramaturgia fragmentaria y expansiva, donde lo individual y lo colectivo se
confunden en una trama onírica y existencial.
En palabras del
propio director Lautaro Delgado Tymruk: “Lo que verán en la obra no es real.
O quizás sí, nunca lo sabremos. Verán el estado de inconsciencia del sujeto
golpeado o su alma sumergiéndose en distintos cuerpos. Siendo testigo de su
muerte, de su nacimiento. Por las bambalinas de la vida. Observando el flujo
vital. El corazón del mundo.” Esa idea de umbral, de tránsito entre
dimensiones, se vuelve el eje estético y conceptual de la puesta. Delgado
confiesa haber investigado efectos ópticos teatrales como el “Pepper Ghost”, un
antiguo truco escénico anterior al holograma, utilizado en el teatro del siglo
XIX para generar apariciones fantasmales. Ese efecto –basado en reflejos y
transparencias– potencia la ilusión de estar frente a un “teatro fantasmático”,
donde los cuerpos se vuelven presencias efímeras y transitorias. “Será lo
más parecido a crear una tercera dimensión —dice Delgado—, la que se crea entre
la relación entre la primera (la real) y la segunda (la virtual). En esa
relación se creará la otra, una terceridad.”
La dirección
apuesta por un lenguaje escénico híbrido, en el que conviven el minimalismo
espacial y la potencia simbólica. El uso del espacio –tan reducido como
preciso– es una virtud: cada rincón, cada sombra y cada silencio cobran
protagonismo, reforzando la densidad del relato. Brito y Delgado proponen una
estética de lo contenido, donde nada está de más, y todo lo que se omite habla
tanto como lo que se muestra.
Pero es Guillermo Angelelli
quien se convierte en el verdadero corazón del mundo que se presenta ante
nosotros. Su actuación es de una humanidad desgarradora y, al mismo tiempo,
profundamente contenida. Con una gestualidad mínima y una voz que se quiebra en
los momentos justos, logra transmitir una interioridad compleja, frágil y
poderosa. Su presencia escénica sostiene y potencia cada escena, volviéndose
indispensable para la arquitectura emocional de la obra. Angelelli no actúa:
habita, respira y nos hace transitar con ella un viaje donde el dolor, la
memoria y la ternura se abrazan sin estridencias.
El corazón
del mundo es una propuesta
delicada pero punzante, que invita a repensar los afectos, las ausencias y el
modo en que se narran las historias más íntimas desde un escenario. Una joya
para descubrir en la cercanía de un teatro que, desde su fundación, supo ser
testigo del riesgo artístico y la profundidad humana. ¡Muy bueno! (Meche Martínez)
Producción general: Sofia Brito, Lautaro Delgado Tymruk
TEATRO DEL PUEBLO
Lavalle 3636
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 75421752
Web: http://www.teatrodelpueblo.com.ar
Lunes - 20:00 hs - Hasta el 30/06/2025
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