La puesta en escena de "El entenado", dirigida por Irina Alonso, se erige como una fascinante versión libre de la novela homónima de Juan José Saer. En el Teatro Regio, esta adaptación captura la esencia de la obra original, sumergiendo al espectador en un universo donde lo real y lo simbólico se entrelazan en una narrativa cargada de tensión y misterio.
La dirección de Irina Alonso demuestra un profundo entendimiento del texto de Saer, logrando trasladar a las tablas la densidad literaria con una puesta en escena que mantiene al público en vilo. Alonso articula con maestría las transiciones entre los momentos de contemplación filosófica y las escenas más intensas, logrando que la obra nunca pierda su ritmo ni su capacidad de sorpresa.
El elenco es formidable, con actuaciones que capturan la complejidad de los personajes saerianos. Pablo Finamore, Aníbal Gulluni y Claudio Martinez Bel se destacan por sus interpretaciones sólidas y matizadas, aportando una profundidad que enriquece la narrativa. Es Iride Mockert quien brilla con luz propia. Su actuación es sencillamente deslumbrante, confirmando una vez más su estatus como una de las actrices más talentosas de la escena actual. Mockert logra capturar la esencia del personaje con una precisión y una intensidad que conmueven, dejando una huella imborrable en el espectador.
El vestuario, a cargo de Magda Banach, es otro de los puntos altos de la obra. Banach consigue una estética que, sin ser excesiva, logra evocar con elegancia y sutileza la atmósfera de la época y el contexto en el que se desarrolla la historia. Cada prenda parece cuidadosamente seleccionada para resaltar la identidad de los personajes y su lugar en la trama.
La escenografía, diseñada por Cecilia Zuvialde, es sencilla pero efectiva. La disposición espacial y los elementos escénicos están pensados para potenciar la narrativa sin sobrecargarla, creando un ambiente que es al mismo tiempo acogedor y desconcertante, acorde con la dualidad que caracteriza a la obra de Saer.
"El entenado" en la versión de Irina Alonso es una experiencia
teatral intensa y profundamente estimulante. Las interpretaciones,
especialmente la de Iride Mockert, el cuidado vestuario de Magda Banach y la
eficaz escenografía de Cecilia Zuvialde, hacen de esta adaptación una gran obra
del teatro oficial. ¡Muy buena! (Meche Martinez)
Versión libre de Irina Alonso de la novela de Juan José Saer.
Esta versión teatral de la novela de Juan José Saer cuenta dos
historias: la de una compañía teatral española en 1570 y la que ellos vienen a
contar. Una obra dentro de una obra. Un teatro de telones pintados. Una
compañía renacentista y un hombre que, al contar la desmesurada historia de su
vida, narra a su vez la de la conquista de América. En la llegada de los
españoles, en el exterminio de los indios, palpita sin dudas algo de nuestro
origen, de nuestra identidad. Pero el hombre que cuenta esta historia no camina
sobre seguro. Sus conclusiones son sólo conjeturas. Importa lo que en él ha
quedado luego del encuentro con los indios, ese encuentro trascendente con el
Otro, lo radicalmente distinto. Queda una tarea: contar lo incontable, recordar
cada día la vida de esos seres exterminados. Y el universo singular e
irrepetible que inevitablemente se extinguió con ellos.
Sobre textos de:
Juan José Saer
Actúan:
Pablo Finamore, Aníbal Gulluni, Claudio Martinez
Bel, Iride Mockert
Diseño de
vestuario: Magda Banach
Diseño de
escenografía: Cecilia Zuvialde
Diseño De
Iluminación: Santiago Badillo
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