Yo nena yo
princesa (Federico Palazzo)
Quizá
arrancaría por enaltecer el mérito que tiene realizar una película como esta con
tanto compromiso social. Tal vez, la observación de esa madre tan particular,
empeñada en que su hija sea feliz, en saber qué le ocurre, en qué era lo que le
estaba pasando, y que se vea en pantalla gigante, es otro lauro para el
director Federico Palazzo que eligió este libro de Gabriela Mansilla, como eje
inspirador para contar esta historia.
Nadie puede
imaginar lo que ocurre con esa niña dentro suyo.
Pienso en todas las chicas trans de hoy que cuentan lo que ha sido elegir la
muñeca a escondidas y no querer nunca patear esa pelota, que la sociedad
machista le obligaba, tras la creencia de que este objeto se definiría.
Tantas veces han
contado eso de arrastrar los tacos de su mamá en silencio, hasta que los descubrían
y el correctivo menor era un cachetazo, otras épocas tal vez.
Una expresión
más piadosa fue la del padre a una hija joven trans, “yo no quiero que por ser
hombre, te maten porque estas así disfrazado”, contó una vez Lizzy Tagliani.
Y sí bien el “hombre”
y el “disfrazado” puede resultar ofensivo, pero el temor de ese papá a que maten
a su hijo, conmueve.
De ahí la
importancia de “Yo nena yo princesa” y que sea vista esta película reparadora
para tantas. La historia es de un niña trans desde su infancia, y lo
significativo que es tener el documento que acredite el género que lo identifique.
Federico
Palazzo trabajó en base al libro de Gabriela Mansilla, que narra esta historia
real. El trabajo sublime que realizaron los actores Eleonora Wexler y Juan
Palomino interpretando a los padres de “Luana”, la protagonista de esta casi
biografía, es de destacar. No solo realizaron una composición al nivel actoral
que nos tienen acostumbrados, sino que también, en este caso, se interiorizaron
de tal modo que hasta compartieron tiempos con la realidad vivida por estas
familias. Ellos también pusieron el cuerpo para comprender el corazón de esta
historia.
María Onetto,
interpreta a la psicóloga primera que consulta esta familia, para ver qué le ocurre. Su actuación es tan sostenida, esos gestos rígidos como en la
dureza de esa verdad muestra una maravillosa actuación.
Lidia Catalano
en su rol de abuela, intenta ayudar desde su desconocimiento y desorientación
total, es quien comprende a su hija Gabriela desde lo profundo y se esfuerza
por ver como colaborar. Rol muy bien caracterizado por esta gran actriz.
Otra actuación
a destacar es la de Valentina Bassi, en su personaje es vehículo amoroso que
suma al camino de la madre hacia una solución real, y sin maquetas así lo
muestra, muy buena composición.
La película muestra con exactitud la desidia de hospitales, médicos, jardines de infantes, y ni hablar de familiares y pares. Detona una profunda tristeza. Hasta Luana que no recibió su nuevo certificado de nacimiento y su DNI, no había posibilidad de cortar con ese dolor y ese sufrimiento a ella y a esa familia.
Eleonora
Wexler en la piel de Gabriela Mansilla, contagia la necesidad de saber qué
ocurre desde lo profundo. Cuando sabe, con sabiduría abraza a la ya hija que reconoce
como propia. Y cuando ve que no alcanza, va más allá por sobre el
fundamentalismo religioso, el machismo, esos médicos que desconocen de
biologías y la educación que se niega a integrar… o se negaba. Gracias a la
sutil y perfecta composición de Wexler, se logra por momentos comprender la
causa que abrazó esa madre (Gabriela Mansilla) que le tocó esta experiencia en la vida, y la actriz le
pone el cuerpo sin red para que se entienda el dolor, el amor materno y la
realidad más dura que viven las infancias trans. Varias escenas quedan en la
memoria y se vuelven inolvidables si reconocemos que esas vivencias son tan
tremendas.
Valentina Bassi (voz) Tía de Luana
Isabella, la
niña trans que interpreta a Luana le pone tanto corazón y tanta alma a este
personaje, es adorable desde donde se la vea. Además, cuenta la historia con
tanto detalle desde las miradas, las acciones y los movimientos, ella expresa amor
porque en este film también es su causa la
que abraza.
Quiero
destacar una escena que incluye una actuación pequeña y sublime de Claudio Da
Passano, es cuando la madre va a Casa de Gobierno, y le entrega una carta a
este seguridad tan sensible, para que se la dé a la entonces Presidenta de la Nación. Con la mirada conmovida y sus labios apretados, este personaje sostiene
el pedido de esa madre que ni más ni menos “ruega” en palabras escritas por la
identidad de su hija.
Los derechos
nacen de necesidades pero los actores y artistas como los nuestros, mediante sus
actuaciones, lo expresan más claramente, y son nuestro orgullo.
“Yo nena yo
princesa”, no es una película más, pasará el tiempo y habrá que consultarla
para comprender, entender, debatir, abrazar y aceptar la realidad de las
infancias trans aquí y en el mundo. Excelente, para ver mas de una vez (Meche Martínez)
Yo nena, yo princesa. Nuestra opinión: EXCELENTE!
Dirección: Federico Palazzo.
Elenco: Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G.C., Valentino Vena, Valentina Bassi, Lidia Catalano, Mariano Bertolini, Paola Barrientos, Irene Almus, Paula Morales, Ana Celentano, Héctor Bidonde y María Onetto.
Estreno en salas de cine de Argentina
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