Pasen y lean, no se la pierdan
Desde el encuentro… en la vida
A veces uno se
cruza con gente en la vida que sabe, tiene mucho por decir, mucho por expresar,
mucho por sentir… entonces, uno busca esa gente para diga, se expresa, sienta
pero para muchos, porque su voz es muy necesaria.
María José Gabin es
una de esas mujeres donde si se le pregunta, se sabe que detrás de la ironía,
del humor negro, de la inteligencia, hay un profundo mensaje que sabe
transmitir, y lo importante es que ese mensaje queda en el corazón, porque las
voces son de muchos.
-¿Se atrevería
a definirse?
Preferiría no tener que definirme. Definirme implica estancarme, algo de
lo que por lo general escapo. Lo que podría es dar características acerca de mi
persona: Incontrolable, indomesticable, salvaje, entusiasta, obsesiva, tenaz,
persistente hasta cierto punto, metódica, caprichosa, malhumorada, poseedora de
un humor negro que a veces se sale de cause, creativa, multifacética,
contradictoria, irreverente, indefinible.
-¿Cuándo la
gente la ve, qué piensa de usted?
Esta es una loca capaz de cualquier cosa. Bien, se equivocan.
-¿Qué clase de
artista es usted?
Me gustan muchas áreas del arte, especialmente la literatura, el teatro,
el cine y la plástica. Por eso escribo, leo, he bailado mucho y me dedico a la
actuación desde hace casi 30 años. Lo que más me cuesta es llevarme con el
sistema, por eso siempre mantengo una relación cercana con los márgenes que me
da sensación de libertad.
-¿Tiene
enemigos?
A nadie le gusta hablar de enemigos, aunque desgraciadamente he tenido
que cruzarme con gente mala que parece disfrutar de hacer el mal.
-¿Cuál es el
colmo de la infelicidad?
Buscar la felicidad como objetivo.
-¿Qué la
descompone de rabia?
La injusticia.
-¿Dónde le
gustaría vivir?
En un paraíso idílico, inexistente, en medio de la naturaleza, con
montañas, selva, bosque y lagos con una temperatura constante de 25 grados, una
librería muy bien abastecida a la vuelta de la esquina y un cine programado por
mí, pasando el cerro.
-¿Su ideal de
felicidad terrenal?
Poder hacer lo que me gusta, que por suerte es más de una cosa: actuar,
dirigir, escribir, moverme, cantar, filmar, cortar y pegar, descansar y que ¡¡nunca
suene a trabajo!!
-¿Qué cualidad
prefiere en el hombre?
El compañerismo.
-¿Qué cualidad
prefiere en la mujer?
La capacidad de escuchar, en lo personal. Pero como género, su
capacidad de lucha.
-¿Algún
problema doméstico?
Me llevo muy bien con lo doméstico. Lo uso para mantenerme en forma,
descansar de mis otras actividades, desarrollar mi creatividad práctica. Me
gusta cocinar, cocer, tejer, ordenar y porqué no fregar enérgicamente. Lo único
desagradable es limpiar los baños. Pero me conformo pensando que hay gente que
vive para trabajar.
-¿Su virtud
preferida en los demás?
El entusiasmo.
-¿El rasgo
principal de su carácter?
La independencia.
-¿Qué es lo
que más aprecia en sus amigos?
Que me soporten.
-¿Su defecto
principal?
Decir lo que me pasa, muchas veces sin medir las consecuencias.
-¿Qué te
reconcilia con la vida?
La vida es una permanente reconciliación consigo misma.
-¿Qué es la
lujuria para usted?
Comerte el segundo plato.
-¿Su sueño de
felicidad?
Escapar de la rutina.
-¿Cuál es su
lema de vida, su diario, su pensamiento cotidiano?
Me gusta algo que dijo Enrique Jardiel Poncela, (escritor español que
me acompañó durante un momento delicado de mi infancia, especialmente “El libro
del convaleciente”) Él dijo: “Donde la risa acaba, empiezan las tinieblas”.
Aunque no siempre alcanzo el objetivo, me gusta tener la frase como llamador de
ángeles.
-¿Y el amor?
Lo que más me gusta del amor es su capacidad de transformarse en otras
cosas a medida que la vida pasa.
Agrega una
frase que quieras compartir con nuestros lectores y te represente.
Se trata de una tautología, figura literaria que expresa lo mismo de
otra manera: “Yo soy yo y nadie más”
Y agrego otra que decía acerca de mí, mi padre, que también muestra su
sentido del humor: “La única vez que me equivoqué, fue cuando creí que no tenía
razón”
María
José Gabin
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